Medialunas de manteca caseras y un poco de historia.
- Eileen Schmidt
- 14 ago 2016
- 3 Min. de lectura

El croissant, especialidad cuyo nombre significa "media luna" o “media luna creciente” es la pieza de panadería más famosa en el mundo.
Su origen se encuentra en Austria, contrariamente a la creencia popular que encuentra su invención en Francia, país que las ha popularizado.
La leyenda cuenta que esta especialidad fue inventada alrededor de 1683 en Viena a raíz de un hecho histórico: los soldados otomanos al mando del gran visir Mustafá Pechá, pusieron sitio a Viena, último baluarte en que la Cristiandad resistía a la invasión otomana. El ejército invasor decidió que cavaría un túnel que pasara por debajo de las murallas de la ciudad para tomarlos por sorpresa y desembocar en el centro de la ciudad. Para no ser descubiertos trabajaban solo por la noche, pero los panaderos que también trabajaban a esas horas oyeron el ruido que hacían los turcos con las palas y picos, y dieron la voz de alarma. De manera que los defensores fueron los que sorprendieron a los turcos, obligándoles a levantar el sitio y Viena fue salvada gracias a sus panaderos.
En reconocimiento a lo hecho por los panaderos, el emperador les permitió que, entre otros honores, pudieran llevar espadas en el cinto, algo que estaba reservado sólo para militares y autoridades. Entonces, los panaderos en agradecimiento decidieron crear dos panes: uno que se identificó como “Leopoldo”, en honor a Leopoldo I Archiduque de Viena; el otro, llamado “Halbmond”, que en alemán significa “media luna”. Era una forma de burlarse del emblema que los otomanos llevaban en sus estandartes, como si fuera “un pan comido” la victoria y destruir así el símbolo enemigo.
Más tarde, alrededor de 1770, el croissant llegó a territorio francés, a través de María Antonieta, austríaca de nacimiento que se convirtió en reina de Francia. Es que la delfina los adoraba y así los llevó al nuevo país que la acogió. Allí, se hicieron populares rápidamente y en estas tierras tomó el nombre con el cual es conocido actualmente en todo el mundo.
Hoy en día, el croissant acompaña el desayuno de los hogares franceses, y se vende en todas las panaderías y las calles de Francia y reina indiscutiblemente en los desayunos y meriendas argentinos.
Receta de medialunas de manteca:
Ingredientes: Masa: Harina 500 g Sal 4 g Azúcar 60 g Levadura 30 g Leche 250 cc Miel 15 g Vainilla 1 cucharada
Empaste: Manteca 200 g Harina 25 g
Armado: Yemas 2 Leche 4 cucharadas
Almíbar: Azúcar 300g Agua 300cc
Procedimiento: Masa: Disponer la harina en forma de corona y alrededor la sal. En el centro, colocar el azúcar, la levadura desgranada, la leche tibia, la miel y la vainilla. Amasar hasta obtener una masa suave y lisa, que no se pegue en la mesada ni en las manos. Cubrir con film y dejar descansar por 20 minutos a temperatura ambiente.
Empaste: Trabajar la manteca fría junto con la harina hasta integrar en forma homogénea.
Estirar la masa en forma rectangular y colocar el empaste en el centro. Cerrar y dar una vuelta simple. Descansar en la heladera durante una hora. Repetir el plegado 3 veces con descansos de una hora en heladera. Estirar la masa hasta obtener 2 mm de espesor. Cortar tiras de 10 cm y de ellas, cortar triángulos de 5 cm de base. Enrollar los triángulos desde la base hacia la punta, para formar las medialunas. Colocar en placas enmantecadas, tomado las medialunas desde las puntas y cerrándolas hacia adentro. Repetir colocando cada medialuna sobre las puntas de la medialuna anterior, para que no se quemen las puntas. Pintar con yemas aligeradas con leche y dejar duplicar su volumen. Cocinar en horno a 200ºC durante 20 minutos. Al salir del horno, pintar con almíbar caliente.
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